Yoga¿Qué es el Yin Yoga? 5 razones para practicarlo

Seguramente ya has oído hablar del Yin Yoga… o quizás no. Pero puedo apostar que no es primera vez que el concepto del “Yin” se cruza por tu camino: ¿te suena el “Yin-Yang”? Pues, para poder entender qué es el Yin, debemos también entender qué es el Yang.

Estos conceptos -Yin y Yang- provienen del Taoísmo, e indican dos cualidades opuestas y complementarias, presentes en todo aquello que existe en el universo. Su definición dependerá del objeto del que estemos hablando y no hay uno sin el otro. Pero, en términos generales, cuando hablamos de Yin nos referimos a la pasividad, la noche, el frío, la lentitud, la oscuridad, mientras que el Yang lo relacionamos con la actividad, el día, el calor, la rapidez, la luminosidad. Un buen ejemplo, es el Yin y el Yang en términos energéticos, donde el Yin representa la energía femenina y el Yang la energía masculina.

Si lo aplicamos al Yoga, el Yin es una manera de practicar en que las posturas se mantienen por varios minutos, donde la rendición, la aceptación y la conexión con el paisaje interior son la clave, versus una práctica más Yang -como el Hatha Vinyasa, por ejemplo- donde la activación muscular, el movimiento y la alineación son más importantes. De hecho, una misma asana (postura de yoga) puede practicarse con un “enfoque” Yin o Yang.

Ahora vamos al fondo del asunto… ¿por qué deberías practicar Yin Yoga?

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Mantiene tus articulaciones y tejido conectivo, felices.

Al permanecer en las asanas por varios minutos, sin enfocarnos en la activación muscular, el estímulo va directamente a nuestro tejido conectivo (tendones, ligamentos, fascia, nervios, etc.) La manera en que se trabajan estos tejidos es muy distinta a como lo hacemos con las fibras musculares. Un ejemplo que me encanta: piensa en los correctores de ortodoncia, que para llegar a modelar los huesos de la mandíbula, deben utilizarse por un tiempo prolongado y con una presión razonable (no siempre cómoda)… el Yin Yoga, es tal cual.

Es la clave para evitar “quemarse”

Vivimos y trabajamos a ritmos acelerados, y nuestros cuerpos lo saben. Es por eso que tras temporadas expuestos al estrés, dicen “basta” en forma de ataques de ansiedad, dolores, lesiones, depresión, agotamiento, etc. Esto es porque no nos damos respiro y estamos todo el tiempo en “modo activación” o “modo Yang”. Es fundamental combinar ese Yang con el Yin, permitirnos bajar la intensidad y abrazar la pasividad, la calma y la quietud. Para encontrar el equilibro, sentirnos completos y mantenernos saludables, debemos integrar en nosotros esa otra mitad del espectro energético: el Yin.

Calma la mente y te prepara para meditar.

El Yin Yoga es una magnífica práctica previa a la meditación, ya que mantenemos el cuerpo quieto y nos enfocamos en la respiración. Suena sencillo, pero es realmente un reto mantener la mente en calma cuando se está en una postura por más de 2 minutos… es muy probable que el paisaje mental se comience a nublar. Es aquí donde una y otra vez nos traemos de vuelta al momento presente, con cariño y compasión, al igual que cuando meditamos.

Es una práctica apta para cualquier edad y condición física.

Por sus características, el Yin Yoga es una práctica accesible para todo tipo de anatomía humana, además resulta ser muy restaurativa para recuperarse de enfermedades o intervenciones (siempre con la aprobación de tu médico). En Yin Yoga nos ayudamos constantemente de “props” (bloques, mantas, cojines o cinturones) para adaptar la postura a cada cuerpo, y obtener todos los beneficios, independientemente del estado en que lleguemos a nuestra esterilla ese día.

Te permite cultivar aceptación y gratitud hacia tu cuerpo.

En Yin Yoga constantemente se exploran los límites del cuerpo físico, y al mantener las posturas por varios minutos, hacemos el compromiso con nosotros mismos de permanecer quietos, por lo que tenemos una oportunidad única de habitar nuestro cuerpo y prestarle atención a lo que allí ocurre. Ser consciente de nuestra reacción física a una postura, nuestros bloqueos o fluidez para entrar en ella, es un regalo… en definitiva es signo de que estamos vivos.

No te lo pienses más. Ven a descubrir estos y otros beneficios que te aportará la práctica regular de Yin Yoga. ¿Te ha quedado alguna duda? ¡No te preocupes! Contacta con nosotros, estaremos encantados de ayudarte y orientarte ¡Nos vemos en la esterilla!

Mayra Alvarez.