Aun recuerdo la primera vez que oí cantar “OM” en una clase de Yoga. Incomodidad total: no sabía cómo hacerlo. No entendía como estaban todos tan absortos cantando, mientras en mi cabecita el único mantra que se repetía era “¿me habré unido a una secta sin querer?”
Si bien es una práctica muy común el abrir o cerrar las sesiones de Yoga cantando OM, muchas veces lo hacemos de manera mecánica y sin entender muy bien la intención que este sonido lleva. A continuación te cuento algunas cositas interesantes, para tener presentes antes de darle rienda suelta a tus cuerdas vocales.